Obediencia, Sociabilización y Educación

Sin dudas estas son las bases de una buena conducta y una convivencia en armonía con nuestro perro. Es sumamente importante poder aplicar tanto obediencia, sociabilización y educación desde el primer momento que tenemos un nuevo integrante canino en casa. 

Desde ese momento, podremos ir marcando patrones de conducta de obediencia, que cuanto antes el perro los asimile mejor será,  ya que perdurarán por el resto de su vida. Trabajando con un cachorro evitamos la instauración de conductas no deseadas, el perro es más moldeable a esa edad que cuando ya es adulto, es decir cuanto antes se empiece, menos esfuerzo será no sólo para nosotros, sino para el perro.

Los perros son animales sociables por naturaleza, pero eso no significa que nazcan con habilidades especiales para llevarse siempre bien con otros animales. Al igual que la gente, los perros deben socializar en sus primeras etapas de vida para que tengan un buen comportamiento y se adapten fácilmente a cualquier situación. 

El período más sensible en cuanto a la sociabilización va desde las tres semanas de vida, hasta los 6 meses de edad, por lo que es muy importante que durante este período y toda su vida están habituados a diferentes sonidos, olores, entornos. Dale a tu perro la oportunidad de interactuar con otros perros cuando lo saques a pasear al parque, durante la visita al Médico Veterinario, etc. Hay que tener en cuenta también, que durante las primeras semanas deberemos tomar algunos recaudos sanitarios, hasta que el veterinario nos apruebe las salidas en su totalidad que normalmente se da al completar su plan de vacunas. 

Si tu perro está socializado adecuadamente y si se aplica un correcto adiestramiento se evitaran fobias, agresividad y será una agradable compañía cuando salgas a caminar y se encuentren con otros animales o cualquier individuo que pueda relacionarse con ustedes. 

Teniendo en cuenta todo lo anterior podemos decir también que la educación canina tiene como objetivo mejorar la relación entre el perro y sus dueños, mejorando la comunicación entre ambos y ayudando al perro a encontrar un equilibrio emocional que facilite su adaptación al entorno. Por simplificarlo un poco, consiste en ganarse la confianza del perro para poder guiarlo en su aprendizaje, en entender qué necesita para estar equilibrado y saber cómo comunicarle lo que está permitido y lo que no.

Por lo tanto, si lo que querés conseguir es que tu perro aprenda órdenes básicas y sea capaz de convivir mejor con el entorno en el que vive, deberás combinar el adiestramiento con la educación canina para conseguir los mejores resultados. Y, sobre todo, deberás tener en cuenta que este trabajo no pasa solo por las manos del adiestrador: Vos sos una parte importante del proceso y deberás aprender a entender el lenguaje y las necesidades de tu perro, mejorar tu comunicación con él y explicarle con claridad qué es lo que esperas de su relación.